Diario de un "novatón"
Frase de la semana: Toda guerra termina en que:
sobre el cuerpo del vencido cae exhausto el cuerpo
del vencedor.
Móstoles - Semana del 17 al 23 de febrero de 2014.
14ª semana de entreno
MARATÓN (Exhausto)
Según la Real Academia de la Lengua (RAE) exhausto significa: "enteramente agotado", "que se ha terminado completamente". Después de largas reflexiones puedo afirmar que es el adjetivo que mejor define la semana y el sentimiento después del gran día de la prueba.
Agotado el entreno, agotada la energía, agotadas las fuerzas, pero no puedo negar que con un toque de felicidad. Mientras escribo estas líneas no he notado el vacío del que me hablaban los veteranos, ese que iba a sentir cuando todo pasara. Sí noto que pasan las horas y poco a poco me hago consciente de lo que he conseguido. Sinceramente se me acumulan las palabras, los agradecimientos, las dedicatorias pero si he llegado hasta aquí es porque hay una principal responsable que lo ha permitido con su apoyo y paciencia,
GRACIAS NIRA.
Me levanté la mañana del sábado 22 y le dejé una nota en la que le prometía que si acababa mi dedicatoria era para ella. No por permitir las horas de entreno y ausencias, que también, si no por TODO. Podría enumerar un sin fin de situaciones que no tendría espacio suficiente para plasmar todas. Insisto, GRACIAS NIRA, eres la principal causa de que yo haya hecho posible un reto personal que como muy bien sabes se empezó a gestar en los últimos días de vida de mi padre. El camino hasta aquí empezó, como ya dije en el primer capítulo de este semanario, un 27 de julio de 2012. Ese camino se ha ido forjando con la inestimable ayuda de Jorge, el otro máximo responsable de mi logro personal. Él me ha hecho corredor pero lo que más ha hecho es hacer crecer una amistad que jamás habría imaginado, es infinitamente mejor persona que corredor, y como corredor no tiene precio. GRACIAS JORGE por todo pero sobre todo por tu amistad.
Ese camino me va llevando a conocer a un grupo que pone la guinda al pastel de este "mi primer maratón", los Fary,s runners, Paco, Guille, Kiko, Ceca, Tomás, Tony, Sergio, Tinín, Martin, Villarreal, Carlos, Miguel y una última incorporación que es como los ojos del Guadiana, aparece y desaparece, Oscar.
Cada uno aporta algo al grupo que lo hace cada vez más grande y compacto. Paco aporta su experiencia de vida y pasión por este deporte, Guille su constancia, seriedad y conocimientos, Jorge su tranquilidad, bondad y capacidad de hacer grupo, Kiko fortaleza y optimismo, Ceca alegría y sentido del humor, Tomás conversación, ilusión, Tony control y escucha, Sergio perspectiva y observación, Tinín nerviosismo y vida, Martin ganas, buena gente, Villarreal y Carlos calidad de entrenos a los más máquinas, empuje, Miguel timidez y Oscar aporta lo inesperado...Gracias, gracias a todos por esos entrenos de calidad los martes, por esas tiradas largas los domingos, por las risas, por las cervezas, por esperarme cuando llegaba tarde del curro, por cambiar un entreno por otro, sólo para que no lo hiciera solo, por cuidarme, aconsejarme,
por hacerme sentir el running,... Todo eso no se ha agotado, crece.
Sevilla 22-23-24 de febrero de 2014
Llego a las 7,53 horas a la estación "Móstoles central" y allí me encuentro con la primera sorpresa, el Gran Maestre (Paco) y el Maestre (Guille) están ya esperando para pasar lista y apuntar quién llega tarde. ¡No doy crédito! Guille lo lleva en la sangre, lleva el running, lleva a los Fary,s, lleva Sevilla con su maratón, y allí está para despedirnos, darnos una bolsa de chuches y desearnos la mayor de las suertes en nuestro encuentro con la prueba de Filípides. No lo puede disimular, lo lleva escrito en la cara, hubiera dado la vida por venirse con nosotros y compartir ese fin de semana. De hecho, sobrando un billete para ir hasta Atocha, decide dejarnos ir y desaparecer por la estación sin darnos tiempo a ninguna broma de despedida, no estaba para bromas. Después de ese mal trago y acordándonos también de Kiko retomamos la ilusión de nuestro viaje. allí estamos Tony, Sergio, Paco, Jorge, Ceca, Tomás y un servidor deseando arrancar a tierras sevillanas.
Llegamos a Atocha y hacemos lo que al parecer es una visita y foto obligada en la escultura "El viajero", los nervios del grupo se transformaban en bromas continuas y buen rollo. Hay que decir que el resto de la expedición iba por otras vías de transporte; Tinín con la familia al completo, incluyendo perro en coche a casa rural, Villarreal y Carlos se irían en coche el sábado por la tarde dirección a nuestro hotel, Javi Martin como Tinín, arropado por su familia en otro AVE y Oscar se caía de la convocatoria a última hora por la desgraciada pérdida de su abuela. En el AVE partida de mus, bollos, gominolas, risas,... Y así se nos pasaron las dos horas y media de un plumazo. Paco, como ya nos avisó Guille, al ver que pasábamos por Córdoba le cambió la cara y rejuveneció 20 años.
Llegamos a Tierra Santa para nosotros y directos al Tryp Macarena para tomar posesión de nuestras habitaciones. Sin tiempo para deshacer la maleta la expedición sale con un cohete en el culo hacia la feria del corredor para recoger el dorsal, como si se fueran a acabar... Allí coincidimos con la delegación keniata y nos hicimos alguna foto, dentro de la feria, foto con Abel Antón, recogida de dorsal y dirección a la fila de la comida de la pasta... Pequeño error que no empañó el buen humor del grupo (más de una hora para llegar al tan deseado plato de macarrones). En este momento y sin saberlo me presentaban a una de las personas que ha marcado mi primer maratón junto con Paco, Mario, un tipo abierto y simpático que nunca pensé que con Paco serían mis dos alas durante los 42.195 metros del domingo.
Durante la comida, fútbol, en el móvil de Tomás, con un Ceca insaciable y repitiendo de bandeja, la segunda parte del partido ya en el hotel con un cafelito. De ahí a la habitación del Gran Maestre y Ceca, donde fuimos recibiendo a Villarreal, Carlos, Peña y su respectiva y Tinín. Martin se quedaba en casa de su hermano y le veríamos al día siguiente en la salida.
Por la tarde noche pequeña salida al lado del hotel para compartir cerveza y vino, era más una salida de soltar nervios que otra cosa porque después de una ronda nos fuimos al Telepizza a cenar... 6 pizzas grandes para 10 tíos y ¡no sobró casi nada! Al hotel, no hay tiempo para más, hay que recogerse y organizar las cosas para "El Gran Día" e intentar dormir pronto si los nervios nos dejaban.
En la habitación con Jorge se respiraba tranquilidad y eso hizo que descansara sin pensar mucho en el día siguiente.
5,40 AM suena el despertador y sin pensarlo dos veces nos levantamos. Ducha, indumentaria y a las 6 horas AM entrando por la puerta del restaurante para desayunar. Nada del otro mundo pero sí un colacao, donuts, zumo de naranja y un plátano. Según los veteranos llegaba el momento más importante de todos, conseguir "cagar" y no encontrarte con esa sensación a lo largo de la prueba.
Reunión en el hall de entrada del hotel con todos los miembros Fondistas menos Tinín con el que quedamos en el ropero de la Cartuja. Paco y sus nervios se fueron para la parada del autobús viendo que Sergio y Tony tardaban en bajar al punto de encuentro, en 10 minutos estábamos todos esperando un autobús que nunca llegaba, con la respectiva bronca del presi a Sergio por impuntual, la espera se hacía eterna. Personalmente me sentía relativamente tranquilo, sensación de confianza. La verdad es que llevaba toda la semana con el mismo pensamiento, yo había hecho mi entrenamiento y ahora me tocaba
disfrutar de todo lo que estaba viviendo, que no era poco.
Dentro del autobús, camino de la salida, intercambiaba opiniones con Tony y Martin. Se me quedará grabada la definición que Tony hizo del maratón camino de la Cartuja: "es una experiencia extracorporal, una especie de bajada al infierno y eso me engancha". Yo flipé y pensé: "qué exagerado"... Ahí lo dejo... En breve me meteré con mis sensaciones de carrera que me hicieron entender esas palabras.
Maratón de Sevilla.
Rápidamente llegamos a la puerta "N", el guardarropa, allí nos esperaba Tinín, ya estábamos toda la plana mayor reunida. Me llamó la atención el nerviosismo de los veteranos, ¿cómo es posible que personas que llevan 7-8-13-20 maratones estén tan nerviosas hoy? Me venía a la cabeza las palabras de Guille cuando nos decía, "es que el maratón es otra cosa", empecé por primera vez a sentir gusanillos en la tripa.
Fotos, te entra la necesidad de querer inmortalizar todo como si en una imagen pudiésemos meter
todo lo que en ese momento se está viviendo, risas, bromas, vídeos,... Pero de fondo, en nuestra
mente solo estaba la necesidad de vernos junto al arco de salida y escuchar el pistoletazo.
Cambiados todos, entregamos nuestras respectivas bolsas y tomamos dirección a la salida.
Nos organizamos por cajones, suerte que Paco, Tinín y yo teníamos el mismo color (azul), Ceca y Jorge, aunque con el azul, rápidamente se colaron con sus compañeros de viaje, Villarreal, Carlos y Miguel (se les veía muy concentrados), el resto de la expedición, Martin, Tomás, Sergio y Tony juntitos y disfrutando de sus nervios.
Dan la salida y rueda el crono como se dice en el ambiente futbolero. En el kilómetro 2 aparece Mario y se une a nuestro pequeño grupo. Veo que se queda con nosotros y que aparentemente no tiene un objetivo fijo, luego me daré cuenta que el destino lo ha puesto ahí para que yo consiga mi objetivo junto con la inestimable ayuda de Paco.
Tinín desaparece entre la multitud en el kilómetro 3 con la ansiedad de que íbamos muy deprisa pero en el 10 aparece como por arte de magia y se une a Paco, Mario y servidor, ya no nos abandonará hasta pasado un buen tramo de prueba. Que si "casi me caigo", que si "he pisado una botella", que si "me he doblado un tobillo",... Es un crack que como bien diría Ceca, "se fue tocando los huevos".
Hasta la media caían los kilómetros que parecía mentira, no daba tiempo ni a pestañear, en el kilómetro 15, Paco me preguntó por primer vez que cómo iba y le dije que bien pero ya en el 25 me volvió a preguntar y mi respuesta fue un "bueno", noté que las piernas no me iban. Paco intentaba marcarme el ritmo pero yo notaba que iba perdiendo fluidez en las piernas. Hasta el km 21 llevaba a Paco a mi izquierda y a Mario a mi derecha, a partir del km 25 Paco por delante un metro y Mario por detrás otro metro, escoltándome,
arropándome, animándome. Ninguno de los dos me volvió a preguntar más, se centraron en animarme psicológicamente y nadie sabe lo que lo agradezco.
En el km 28 pensé, bueno, esta es la tirada más larga de mi entrenamiento, a partir de aquí no sé lo que me espera aunque en lo más profundo de mi ser sabía que no era nada bueno. Tinín nos dejó en el 27, dice que después de mirarme y ver que iba pálido y desencajado, le creo.
Paco marcando un ritmo que cada vez se me hacía más cuesta arriba, es de otra pasta, iba sobrado de fuerzas y Mario en el km 30, supongo que viendo que no iba bien, me pidió el esfuerzo de sufrir 15 minutos más para ponernos en el 33 y me dijo que de ahí al 35 nos poníamos sin pestañear, a partir del 35 te dejo hacer lo que quieras pero por favor sufre estos 15 minutos, me decía. Ahora me doy cuenta que es un grandísimo maratoniano que domina la parte psicológica de la prueba a la perfección. Ese pensamiento me llevó hasta el 35 y puedo decir que de ahí mi mente salta al km 40. Hay una laguna mental en esos 5 km que hace que no recuerde prácticamente nada, supongo que ese es ¡el señor muro! Ese del que estuvimos hablando entre risas el día anterior Jorge y yo.
A 200 metros del kilómetro 40 vi el avituallamiento y les dije a mis dos alas (Paco y Mario) que yo me iba a para a coger agua y beberla tranquilamente. La respuesta, como no podía ser de otra manera fue un rotundo ¡¡¡NI SE TE OCURRA!!! y prácticamente me apartaron del lado donde se encontraba el tan preciado líquido y lo cogieron por mi para ofrecérmelo pero en carrera, sin parar.
Pasado ese trance vi que me lanzaba al 41 con una nueva inyección de gasolina mental cuando Mario me dice que estamos a 1 km 900 metros... Ahora lo pienso y realmente estábamos a 2 km 195 m pero mi mente quiso creer a Mario y seguí con mi mirada entre el asfalto y la zancada de Paco. Al reconocer la curva por la que anduvimos por la mañana previa al túnel de entrada al estadio saqué la cámara y de manera autómata comencé a grabar mi entrada y llegada a la Cartuja. Paco sacó su bandera y me ofreció llevarla con él hasta la meta pero no tenía fuerzas para levantar los brazos con él, estaba "exhausto",
agotado, sin fuerzas, desvanecido, ...
Noté que en la grada gritaban y sin poder identificar quiénes eran saludé sabiendo que podía ser el gran
grupo de Fary,s Acerté, eran ellos animando a tope mi llegada. Solo miré el crono, miré mi cámara, se lo
dediqué a Nira, miré al cielo y le di las gracias a mi padre por haberme llevado hasta allí y haber puesto en
el último tramo de mi reto a Paco y Mario para conseguir algo que a día de hoy creo que pasará mucho
tiempo en repetirse.
AGRADECIMIENTOS:
Primero a Nira por todo el apoyo y paciencia, segundo a mi padre por ser mi motivación
intrínseca y después sin duda:
• GRACIAS JORGE POR HACER DE MI UN CORREDOR Y LA OPORTUNIDAD DE
CONOCER AL RESTO.
• GRACIAS PACO POR ESTAR A MI LADO EN ENTRENOS Y PRUEBA.
• GRACIAS MARIO POR TU APOYO CONSTANTE EN LA MARATÓN.
• GRACIAS GUILLE POR TU IMPLICACIÓN EN TODO.
• GRACIAS KIKO POR TU EXPERIENCIA Y ACOMPAÑAMIENTO EN ENTRENOS.
• GRACIAS TOMÁS, DAVID, CARLOS, VILLARREAL, JAVI, SERGIO, TINÍN, TONY,
OSCAR POR HACERLO TODO MÁS FÁCIL Y DIVERTIDO.
Gracias.